Al norte de Bolonia se extiende la llanura boloñesa, que divide la ciudad marcando la frontera con Ferrara y Módena. Es el lugar donde tierra y agua se encuentran y donde los campos desmarañan hacia el Delta del Río Po y el mar. Otro producto sobresaliente del territorio es el fabricante Lamborghini, con el establecimiento y el Museo MUDETEC de Sant’Agata Bolognese y el Museo Ferruccio Lamborghini de Argelato.
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La llanura boloñesa, fértil y productiva desde el punto de vista agrícola, ha sido por siglos zona de producción de cáñamo y seda, alimentando, de esta manera, los tráficos comerciales de la ciudad.
Como testimonio de este pasado se pueden encontrar la rica colección del Museo della Civiltà Contadina de Bentivoglio y también un precioso patrimonio de palacios, castillos, molinos y villas de las familias terratenientes que podrán descubrir siguiendo las vías fluviales de la llanura, entre todas el Canal Navile.
Esta área se ha quedado pantanosa por siglos. Saneada para el cultivo, aún cuenta con unos oasis como prueba de este medio ambiente natural, accesible a pie o en bicicleta. Entre todos se menciona el oasis La Rizza, donde nidifica la cigueña blanca.
Entre las áreas naturales y las áreas agrícolas están situados pequeños pueblos de interés histórico-artístico, como Pieve di Cento, Budrio y San Giovanni in Persiceto , que todavía conservan rasgos de sus orígenes medievales. Entre los pórticos de sus cascos históricos resaltan antiguas iglesias , museos, galerías de arte y teatros históricos con sus pequeñas colecciones de arte. Aquí se produce una excelencia agroalimentaria, el Asparago Verde de Altedo, al cual los romanos ya le concedieron gran importancia.