Castello di Zena/Castle of Zena

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Castillos en el territorio

Actualizado el 23 septiembre 2021 desde eXtraBO Outdoor Infopoint

Nuestro territorio cuenta con una gran cantidad de edificios históricos que representan importantes piezas del patrimonio artístico y cultural de Emilia Romagna. Entre villas, castillos y residencias históricas, podrás revivir el esplendor de la época barroca, el encanto del periodo medieval y la historia de algunas de las familias más influyentes de la época. 

Castillo Manservisi

El imponente Castillo de Manservisi preside el valle circundante desde Castelluccio, un pequeño pueblo del municipio de Alto Reno Terme. El edificio fue renovado a finales del siglo XIX por Alessandro Manservisi y permaneció en propiedad de la familia hasta 1912, cuando se donó a la caridad para niños pobres. Además de las formas generales del edificio, se conservan muchos elementos decorativos en piedra y hierro forjado como prueba del sabor romántico de la renovación. Antes todo, en el interior del castillo se podrá admirar la "Sala de los Tapices", donde se exponen las obras restauradas por el pintor boloñés Giacomo Lolli, o sea ocho lienzos, pintados a modo de tapices reales, representando escenas de la vida cotidiana del castillo y celebrando a Alessandro Manservisi. También cabe mencionar el Museo LabOrantes, instalado en una colonia adyacente al castillo, dedicado a la vida cotidiana y a la cultura rural de los Apeninos.

Castel del Rio – Palacio y Puente Alidosi 

Al entrar en Castel del Río por la Via Montanara, en el alto valle del Santerno, el Palazzo Alidosi sobresaldrá ante los ojos.

La familia Alidosi marcó la historia de este pueblo durante unos 400 años, convirtiéndolo en una verdadera potencia política. Su estabilidad y su poder todavía son claramente visibles a través de la majestuosidad del Palacio y el famoso puente jorobado.

En 1542, la familia erigió su palacio-fortaleza: los prominentes baluartes encierran un ejemplo de lo mejor del Renacimiento florentino, un espléndido patio con fuente que aún hoy pueden visitarse. 

El palacio también acoge el Museo de la Guerra y de la Línea Gótica, una preciada y vasta colección de materiales que atestiguan el importante papel que desempeñó la ciudad en los dos conflictos mundiales.

Bajando hacia el río Santerno por las calles empedradas de la ciudad, el puente Alidosi aparece en toda su belleza y magnificencia. Una verdadera obra maestra de ingeniería de 42 metros desarrollada en un solo arco que a lo largo de los siglos ha permitido la conexión entre las dos orillas del río convirtiendo Castel del Río en uno de los principales núcleos de comercio del valle.

El interior del puente encierra cinco habitaciones, probablemente utilizadas como cárceles, almacenes y estaciones aduaneras por el paso del puente. 

Villa Malvezzi -Bagnarola di Budrio


Al otro lado de la llanura boloñesa, rodeado de un paisaje agrícola marcado por canales y pequeñas carreteras, se encuentra el complejo de Villa Malvezzi, uno de los asentamientos más interesantes de la campiña emiliana.


Entre las villas destacan el Casino de Aurelio y el Floriano, llamados así en honor a dos de los principales exponentes de la familia noble. La estructura más antigua es el Aurelio, construido durante el siglo XVI y posteriormente adquirido por la familia Malvezzi. El edificio consta de una parte central, coronada por una torreta, y dos alas laterales, muy deseadas por el marqués. El interior del Casino se compone de nada menos que trece salas, con paredes y techos decorados por numerosos frescos y pinturas murales que reflejan el sentido estético de la familia entre perspectivas, paisajes y representaciones suntuosas. El edificio Floriano no está decorado, pero alberga una rica colección de cuadros y valiosos muebles del siglo XVIII. La combinación de estas estancias, junto con una pequeña capilla privada, otorgaba a la estructura un valor estético excepcional, hasta el punto de que la villa empezó a llamarse el Versalles de Bolonia.

 

Rocca Isolani - Minerbio 

Esta fortaleza del siglo 14 ha sido objeto de varias reconstrucciones a lo largo del tiempo, lo que todavía se puede comprobar en las paredes y sus varios reajustes. De hecho, en 1527 fue saqueada por los Landsknechts en su camino hacia Roma y, por tanto, remodelada poco después, cuando Giovanni Francesco Isolani encargó al arquitecto Vignola el embellecimiento de su residencia para acoger al emperador Carlos V en su coronación en Bolonia en 1530. También del mismo creador es la elegante torre palomar en cuyo interior se eleva un plano inclinado en forma helicoidal.

Las decoraciones, realizadas hacia mediados del siglo XVI, época de apogeo y orgullo del complejo, son atribuibles al famoso pintor Amico Aspertini. En la Sala de Marte, las paredes están salpicadas de pequeñas esculturas monocromas, mientras que el dios de la Guerra aparece en el centro de la bóveda. En cambio, en la Sala de la Astronomía, unos nichos albergan las figuras de las Musas y las Artes Liberales, mientras que cuatro estatuas sostienen un balcón pintado en la bóveda desde el que se asoman las figuras de Diana y Apolo. Por último, en la Sala de Hércules, a pesar de los daños del tiempo, aún se pueden reconocer frescos con amplias vistas del pueblo como telón de fondo de las hazañas del héroe narradas en primer plano.

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